Suponiendo que escriba porque quiero o suponiendo que escribo porque soy mandado, de todas maneras escribo. ¿Pero que quiero con escribir?. No importa lo que quiero, porque posiblemente no tenga otra alternativa. Aguantar las ganas solamente inflan mi voluntad, para terminar acá en algún momento.
Es fácil de imaginarme sentado frente a la pc y que la cámara se aleja tanto que termina apareciendo otra persona escribiendo que yo estoy sentado frente a una pc escribiendo. Y nada niega que esto se pueda repetir infinitas veces.
El motivo por el que escribo puede parecer sin importancia pero de todas maneras acá estoy; lo pienso como un círculo... donde no hay ninguna tangente que corte con la repetición. Mi síntoma sigue siendo pensar en cosas que al final me rinden cuenta de otros círculos.
El principio y el fin coinciden en mil lugares. Espacio y tiempo son distintos pero a la vez son copias de situaciones que ya fueron.
Yo empiezo donde termino, y vuelvo a empezar. Todavía me pregunto si escribo porque quiero o porque alguien tira de las cuerdas marcadas para que yo me mueva así.
"- En que se realiza mejor su genio? En la pintura, en la escultura, en el grabado, en las joyas?
En que tipo de manifestación artística?
- [...] Osea, mi genio no está en la pintura, ni en el grabado, ni en la acuarela, ni en las joyas, ni en la fotografía... en la cosmogonía"
Entrevista a Salvador Dalí