Me imagino una mesa muy larga y de madera gente muy gorda y de saco fumando puros y riéndose de nosotros mientras le tiembla la papada. Es bastante estereotipada esa imagen donde hay caoba oscuro y color verde ingles pero es así como me figuro las reuniones donde va la gente a decidir sobre lo que el resto vamos a pensar.
Hoy estamos pensando, en el mejor de los casos, sobre la legalización de la marihuana, legalización del aborto, ley de identidad de género, impuesto a las ganancias, y si la presidenta usó el avión para trasladar a su hijo enfermo. Aunque también hay gente que debate sobre quien tendría que ganar el bailando, que programa fue el que hizo el raiting mas alto anoche, si fulanita esta embarazada y si ese hijo es o no de menganito, si Central se quedó en la B, o el sufrimiento de ser hincha de tal club porque hace alrededor de dos años que no hace un puto gol.
Vuelvo a la idea del circulo. Es la serpiente mordiéndose la cola; es adentro, afuera o sobre el círculo pero todas esas posibilidades están ya contempladas. Toda esa gente con mucha papada marco previamente los margenes y lamentablemente ahí adentro nos mantenemos. Nuestra elección es sobre un previo recorte de la "realidad".
Creo que es un pensamiento verdaderamente inútil porque si todo está ya contemplado entonces mi pensamiento también fue contemplado como una posibilidad, no estoy escapando a lo planeado sino que actuó de acuerdo a esto. Puedo poner en evidencia lo que pasa pero eso no me impide ser parte. ¿Como se sale del circulo? ¿Como me convierto en tangente y lo abro al medio?
Hay un figura que se usa en psicoanálisis. No se habla del círculo sino de la Banda de Moebius, es como si a un círculo lo agarramos por la mitad y lo torcemos entonces un parte de la cara interna pasa a ser externa, aunque una parte de la cara interna sigue conservando esa característica.
Y aunque esto sea la escapada al círculo, ¿como lo torcemos?.
¿Nadie mas siente que recorre la agenda mediática punto por punto pero sin voluntad de hacerlo? Sale proyecto de ley de medios y gente que se oponen a la ley de medios. Pero ya hablar de la ley de medios es hablar de lo que está planificado. No es el debate la solución. Pareciera como si las palabras engañaran. Me termino sintiendo un poco como Descartes haciendo meditaciones donde el lenguaje vulgar terminaba siendo poco útil a los fines porque siempre generaba engaño. A mi no me resulta engañoso, pero parece que estas palabras tienen gusto a ser de otra persona o puestas en mi boca sin mi consentimiento consciente.
Creo que esto no termina acá. Me siento un poco derrotado, pero alguna manera debe haber de salir del laberinto.